El Ataque inminente… Publicado el 2/22/15
Tomado
del Ataque Inminente por Eva Golinger (Insumos para la defensa) – Sepamos a que
nos enfrentamos, al Expansionismo Militar de Washington.
Desde
2006, Washington ha estado en un proceso de expansión militarista en América
Latina. Comenzaban con una serie de maniobras militares realizadas desde sus
bases de operaciones de avanzada en Aruba y Curazao. Apenas a algunos
kilómetros de la costa venezolana. Estas bases fueron utilizadas para recibir
portaaviones, submarinos nucleares, aviones de combate, destructores, buques de
asalto y miles de marines y fuerzas especiales estadounidenses.
Washington
decía que las maniobras eran “rutinarias” y que no representaban “amenaza” a
ningún país de la región. No obstante, no se habían realizado maniobras
militares en el mar Caribe de ese nivel desde la Guerra Fría.
Aprovecharon
su estadía en Curazao para ampliar las instalaciones militares ocupadas por
Estados Unidos y para adueñarse de una mayoría de servicios públicos y privados
en la pequeña isla caribeña de menos de 200 mil habitantes.
En 2008,
el Pentágono reactivó la Cuarta Flota de la Armada, después de 68 años. La
Cuarta Flota es la comandancia regional de la Armada de Estados Unidos establecida
por primera vez en 1943 para vigilar y combatir los posibles ataques y amenazas
contra los interese estadounidenses en el Atlántico Sur y el Caribe durante la
Segunda Guerra Mundial. Fue retirada en 1950. El primero de julio de 2008, fue
reactivada con la misión de “combatir el narcotráfico y el terrorismo” y apoyar
a los “socios y aliados regionales en materia de seguridad y defensa”.
El
comandante de la Cuarta Flota, contraalmirante Joseph Kernan, quien antes se
desempeñaba como jefe del Comando Especial de Guerra de la Armada, declaró
durante el relanzamiento, que la Cuarta Flota regresa a América Latina “para
demostrar la fuerza y poder de Estados Unidos y defender a nuestros aliados en
la región”.
En
octubre de 2009, Colombia y Estados Unidos firmaron un polémico acuerdo militar
que autorizó a Washington la ocupación de siete bases militares el uso del
territorio completo para realizar sus misiones militares. Una de las bases
señaladas en el acuerdo, Palanquero, fue citada en un documento de la Fuerza
Aérea de Estados Unidos de mayo de 2009, como necesaria para “conducir
operaciones militares de amplio espectro´´ por todo el continente y para
combatir “la amenaza de gobiernos antiestadounidenses” en la región.
Palanquero
también fue considerada una pieza crítica para la estrategia de movilidad
global del Pentágono, como fue destacado en el Libro blanco: Estrategia de
movilidad global del Comando de Movilidad Aéreo, publicado en febrero de 2009.
“El
Comando Sur ha identificado a Palanquero, Colombia (base Germán Olano SKPQ),
como un lugar de cooperación en seguridad. Desde este lugar, casi la mitad del
continente puede ser alcanzado por un C-17 sin tener que reabastecer”
El
presupuesto de 2010 del Pentágono incluyó una solicitud de 46 millones de
dólares para mejorar la instalación en Palanquero, para apoyar la “Estrategia
de Postura de Teatro” del Comando Combatiente y “dar una oportunidad única para
operaciones de amplio espectro en una subregión crítica de nuestro hemisferio
donde la seguridad y estabilidad está bajo constante amenaza de insurgencias
terroristas, gobiernos estadounidenses, la pobreza endémica y los frecuentes
desastres naturales”
El
documento de la Fuerza Aérea de mayo 2009 además reveló que Palanquero sería
utilizado para “incrementar nuestra capacidad de conducir operaciones de
inteligencia, reconocimiento y espionaje (ISR por sus siglas en inglés),
mejorar el alcance global…y aumentar la capacidad de guerra expedita”
Durante
los últimos meses, el gobierno venezolano ha denuncia do la intromisión no
autorizada de varios aviones no tripulados (drones) y otras aeronaves
extranjeras en territorio venezolano, provenientes de las bases colombianas y
caribeñas.
En
febrero de 2010, la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos
clasificó a Venezuela y al presidente Chávez como “líder antiestadounidense” en
la región, en su Informe Anual de Amenazas. Esta clasificación confirmó que
Washington considera actualmente a Venezuela como “enemigo”.
La
reactivación de la Cuarta Flota de la Armada significó una reorientación de
recursos militares hacia América Latina. Ahora, con un nuevo acuerdo militar
con Costa Rica, Estados Unidos tiene actualmente la mayor presencia militar en
América Latina de toda la historia.
El
primero de julio de 2010, el gobierno de Costa Rica firmó un acuerdo
autorizando la entrada de 46 buques de guerra y siete mil marines
estadounidenses en su territorio. Según la prensa costarricense, la mayoría de
las naves de guerra de Estados Unidos que fueron autorizadas son fragatas con
una longitud de 135 metros, con capacidad de transportar dos helicópteros
artillados SH-60 o HH-60B-Blackhawks, además de 200 marines y 15 oficiales en
cada uno.
Pero
otras naves y portaaviones, como el USS Makin Island, tienen la capacidad para
transportar a 102 oficiales y casi 1.500 soldados de tropas, y están artillados
y preparados para el combate intensivo. Pueden transportar 42 helicópteros
CH-46, cinco aviones de combate duro AV-8B Harrier y seis helicópteros
Blackhawk.
También
han autorizado la entrada de submarinos de combate, naves tipo catamaran, un
buque hospital y vehículos de reconocimiento y combate con la capacidad de
movimiento tanto por mar como por tierra.
Esta
inmensa, sorprendente, desproporcionada y masiva presencia militar
estadounidense en Costa Rica no tiene justificación alguna dentro del marco de
la “lucha contra el narcotráfico”.
Más bien
parece formar parte de una expansión militarista de Estados Unidos en la región
que busca recuperar su dominación e influencia. A su vez, la repentina
presencia militar en Costa Rica podría ser utilizada como una “fuerza de
contención” en caso de una agresión contra Venezuela.
Adicional
a la presencia militar en Colombia, Aruba, Curazao y Costa Rica, en la
actualidad Estados Unidos también tiene fuerzas militares en Perú, a través del
Escuadrón Anfibio 5, compuesto por varios buques de transporte, aviones de
combate y un grupo de tarea especial de marines preparados para actuar en una
“guerra expedita”, en Panamá, en varias bases; Puerto Rico; Trinidad; Haití;
Guantánamo; Jamaica; Comalapa, El Salvador, donde mantiene una base de
operaciones de avanzada desde 1999; y Soto Cano, Honduras, base de operaciones
principales en Centroamérica que fue recuperada gracias al golpe de Estado contra
el presidente Manuel Zelaya en junio de 2009.
Esta
creciente y alarmante expansión militar de Washington en América Latina, junto
a la campaña internacional de desprestigio contra el gobierno venezolano, el
financiamiento multimillonario para la desestabilización interna y las últimas
revelaciones sobre planes de guerra en la región evidencian que hay un
conflicto serio, peligroso y no justificado en marcha contra Venezuela, el país
con las más grandes reservas petroleras del mundo.
REFINERIA DE AMUAY
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