Comunidades de Aprendizaje Socialistas (C.A.S)

sábado, 25 de julio de 2015

¿TOMAR COCA COLA ES DANIÑO A LA SALUD? ¿PORQUE NO LO AVERIGUA?

¿DESPUES  DE LEER  USTED ESTO, SEGUIRA TOMANDO  COCA O PEPSI?

Cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo sobre usos de la Coca Cola: ¡los granjeros indios la usan como pesticida!

Los granjeros de la India, en el estado de Chhattisgarh, usan Coca-Cola y Pepsi-Cola como pesticidas porque son más baratos que los pesticidas regulares y hacen el trabajo igual de bien. En principio puede parecer una locura pero incluso el gobierno de India se atrevió hace algunos años enfrentarse a estas dos multinacionales por un asunto similar. La razón es la presencia detectada en estas bebidas de pesticidas en niveles que sobrepasan los de la legislación vigente en el país, que es un poco más permisiva que en otras zonas del planeta, como Occidente.
cocacola-pesticida
En la India, los plaguicidas en las bebidas gaseosas son un caso típico de doble rasero sanitario. Uno válido para americanos y europeos y otro para los hindúes. Los productos de Coca Cola fabricados en este país nunca pueden ser vendidos en los mercados de la Unión Europea o de los Estados Unidos. En el año 2005, se han rechazado sistemáticamente los envíos de esta marca, fabricados en India por considerar que no son seguros sanitariamente.Por ello, su Tribunal Supremo pidió a los fabricantes que revelen los componentes de sus bebidas, recetas que ambos siempre han guardado en riguroso secreto.
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Pepsi y Coca Cola están en profundo desacuerdo, dicen que sus productos no pueden ser usados como pesticidas ya que no hay nada en la mezcla de la bebida gaseosa que pueda ser usado en el control de pestes. Pero, los granjeros en los distritos de Durg, Rajnandgaon y Dhamtari en Chhattisgarh discrepan y han usado efectivamente Pepsi y Coca Cola para proteger sus plantaciones de arroz contra las pestes. Y si recuerdan Rajnandgaon recientemente obtuvo un record mundial en producción de arroz sin el uso de GMOs (Genetically Modified Organism, organismo genéticamente modificado). Sabemos que al usar Coca Cola como pesticida no estamos haciendo algo 100% natural u orgánico pero ciertamente debe ser más seguro que los venenos tradicionales.
Coke-and-Pepsi-Are-Used-as-Pesticides-in-India
Para los agricultores en el estado oriental indio de Chhattisgarh les sale más barato usar Pepsi o Coca-Cola que los pesticidas y hacen el trabajo igual de bien. Los científicos agrícolas apoyan que esto pudiera ser porque el alto contenido de azúcar de las bebidas pueden hacerlos efectivos en la lucha contra las plagas.
cocapesticida

“Todo lo que está ocurriendo es que las plantas obtienen un suministro directo de carbohidratos y azúcar que a su vez aumenta la inmunidad de las plantas”, Sanket Thakur, científico agrícola
La práctica de utilizar los refrescos en lugar de los pesticidas, que son 10 veces más caro, está ganando popularidad tanto que las ventas de las bebidas han aumentado drásticamente en las aldeas remotas.

Pero Coca-Cola no es sólo una solución contra las plagas, también es parte del problema

Un sector de la población muy importante de la India se está oponiendo a Coca Cola por el abuso que hace de sus recursos hídricos. Sus empresas hacen un uso abusivo tanto en cantidad como en calidad de los recursos del agua subterránea en un país donde muchas comunidades aún no tienen acceso al agua. Este abuso provoca un gran descenso en el nivel de las aguas subterráneas, lo cual deja sin agua a decenas de miles de personas.
Mientras que Coca Cola emplea 2,7 litros de agua por litro de Coca Cola, en la India usa 4 litros de agua, con lo cual, tres litros de agua es contaminada y devuelta sin ninguna depuración siendo descargada en los campos vecinos, contaminado así los suelos y las aguas subterráneas.
Fuente: http://muhimu.es/medio-ambiente/coca-cola-pesticida/
- See more at: http://dietaalcalina.net/cuando-creiamos-que-ya-lo-habiamos-visto-todo-sobre-usos-de-la-coca-cola-los-granjeros-indios-la-usan-como-pesticida/#sthash.V1FjKuzO.dpuf

VER ESTE VIDEO CONTRIBUYE A CONOCER COMO SE MANEJAN LOS MEDIOS DE COMUNICACION PARA HACER POLITICA

ESTA   ES LA VERDAD SOBRE  LO  QUE  VERA  EN EL OTRO  VIDEO DE MAS  ABAJO.
HAGA  CLICK  AQUI:
https://www.youtube.com/watch?v=5duJfleH_SY#t=769

 SI  LE  QUEDÓ  ALGUNA  DUDA, VEA  COMO  ACTUA  LA  GUSANERA  CUBANA  EN  CONTRA  DE VENEZUELA.
https://www.youtube.com/watch?v=YOqceKXmTk4

SI  DSPUES  DE HABER  VISTO  ESTO, SUFRE  DE NAUSEAS....CHUPESE UN LIMON.

viernes, 24 de julio de 2015

UNA REFLEXION QUE MERECE SER ANALIZADA POR LAS COMUNIDADES DE APRENDIZAJE SOCIALISTAS


Reflexión‏

Reflexión

  
11:03 a.m.
 
 
Reflexión
Me preocupa el restablecimiento de relaciones entre Cuba y los EEUU.  Me imagino al pueblo cubano padeciendo la invasión de Coca-cola y otras gaseosas, hamburguesas, Mac Donalds, Super mercados gigantes, Hot dogs, drogas, casinos, prostíbulos con sus putas correspondientes para complacer a los turistas venidos de allende las fronteras, academias de beisbol, redes hoteleras, pornografía, etc.  Hasta se les puede ocurrir construir otroDisney world. Todo ese “desarrollo” traerá desempleo, obesidad, enfermedades venéreas, hepatitis, sífilis, SIDA, corrupción y otras lindezas del modo de vida americano. Esperamos que el gobierno cubano sepa lo que está haciendo. Los cubanos no son merecedores de  ese “desparramo”. Eso conduciría al desbarrancadero.No deben olvidar que Cuba era el burdel de los yanquis, es probable que los norteamericanos estén pensando en un segundo aire. Es lógico aceptar que el desarrollo económico de Cuba se disparará; pero, ¿A qué precio?... Ya los capitalistas pensarán convertirla en una vitrina de bonanza neo-liberal para arrastrar al resto de países latinoamericanos, parece que se han convencido que cagarnos a tiros no es la solución. Creerán que todavía nos pueden conquistar con abalorios (cuentas de colores y espejitos)… cosa muy probable, de paso. 
JMA

domingo, 19 de julio de 2015

EL PATRIARCADO: ORIGEN DE NUESTROS ACTUALES MALES SOCIALES?


INFORMACION
Crítica del patriarcado: fundamento para una nueva concepción del poder *

Marcelo Colussi

Síntesis
El patriarcado es una ideología que involucra a todos los habitantes de las sociedades donde se da, tanto varones como mujeres. Se trata, en esencia, de una asimétrica relación de poder. Las mujeres llevan la peor parte en esto, por cuanto sufren la exclusión y reciben los golpes, en todo sentido, mientras que los varones, por el contrario, se benefician de esos injustificados privilegios, dado por razones enteramente sociales (es decir: construidas, por tanto modificables). Esa situación, injusta y que debe ser transformada por razones elementales de equidad, no sólo constituye una flagrante desigualdad entre las dos mitades de la población sino que sienta las bases para una sociedad autodestructiva. El patriarcado va indisolublemente ligado a la categoría de propiedad privada, lo que implica la defensa a muerte de la misma, el autoritarismo y la exclusión de unos (los desposeídos) por otros (los poseedores, los propietarios). Todo ello se articula con el trasfondo fundante del poder en tanto imposición de la voluntad de unos sobre otros. El poder, en esa perspectiva, se recorta sobre una perspectiva masculinizante; dicho de otro modo: falocéntrica. En ese sentido, hacer una crítica radical del patriarcado no sólo sirve para dejar de perjudicar a las mujeres, tarea imprescindible por cierto, sino para sentar las bases de una futura sociedad con una nueva concepción del poder, menos autoritaria y más horizontal.

Palabras clave
Patriarcado, machismo, poder, género, asimetrías.

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Situando el problema
No es ninguna novedad que las mujeres gozan de menos derechos que los varones en prácticamente todos los rincones del mundo. Eso está comenzando a cambiar, muy lentamente quizá, pero sin vuelta atrás. Ya hay transformaciones importantes en curso, aunque todavía resta muchísimo por avanzar. Lo cierto es que el patriarcado, con mayor o menor virulencia, sigue siendo aún una cruel realidad en todo el planeta. No puede precisarse cómo seguirán esos cambios, con qué velocidad, cuál será el producto de todo ello. El aporte aquí presentado pretende ser un elemento más para esa gran transformación ya en marcha. Lo más importante a destacar es que algo comenzó a moverse y debemos seguir impulsando esa tendencia.

Amparados en la pseudo explicación de "ancestrales motivos culturales", puede entenderse –jamás justificarse– la lógica que hay en juego en el patriarcado. A partir de descifrar eso, puede entenderse una retahíla de atrocidades: los arreglos matrimoniales hechos por los varones a espaldas de las mujeres, el papel sumiso jugado por éstas en la historia, el harem, la ablación clitoridiana; puede entenderse que una comadrona en las comunidades rurales de Latinoamérica cobre más por atender el nacimiento de un niño que el de una niña, o puede entenderse la lógica que lleva a la lapidación de una mujer adúltera en el África.

En ese orden –y es lo que tratará de explicitarse en este escrito– puede verse cómo esa matriz fundamenta nuestras sociedades basadas en clases sociales, asimétricas, y por tanto, violentas. Propiedad privada, familia, dominación y patriarcado son elementos de un mismo conjunto. Es imposible –quimérico, podría agregarse– pretender establecer un orden cronológico en todo ello. Lo cierto es que, desde sus orígenes hasta la fecha, funcionan indisolublemente. El pensamiento dominante de una época, la ideología –también las religiones, con la importancia toral que han tenido y continúan teniendo en la actualidad en todos los asuntos que podrían llamarse sociales, o éticos–, certifican esta unión entre los elementos mencionados. Nuestras sociedades se basan indistintamente en todo eso: propiedad privada, su defensa violenta (léase: guerras, entre otras cosas, represión de toda protesta social, de todo intento de cambio), y patriarcado son una misma cosa.

En toda relación interhumana, la ideología dominante parte de la base (errónea por cierto) de una situación "natural", que interesadamente podría tomarse por "normal". Pero sucede que en la dimensión humana no hay precisamente "buenos" y "malos", ángeles y demonios, una normalidad dada de antemano, genética. Menos aún, una pretendida normalidad determinada por los dioses (dicho sea de paso: ¿cuáles?, visto que existen tantos). Hay, en todo caso, conflictos ("La violencia es la partera de la historia", anunciaba Marx con una clara inspiración hegeliana). El paraíso libre de conflictos es un mito, está irremediablemente perdido.

Quizá en un arrebato de modernidad podríamos llegar a estar tentados de decir que las religiones más antiguas, o los albores de las actuales grandes religiones monoteístas, son explícitas en su expresión abiertamente patriarcal, consecuencia de sociedades mucho más "atrasadas", sociedades donde hoy ya se comienza a establecer la agenda de los derechos humanos, incluidos los de las mujeres, sociedades que van dejando atrás la nebulosa del así llamado "sub-desarrollo". Así, no nos sorprende, por ejemplo, que dos milenios y medio atrás, Confucio, el gran pensador chino, pudiera decir que "La mujer es lo más corruptor y lo más corruptible que hay en el mundo", o que el fundador del budismo, Sidhartha Gautama, aproximadamente para la misma época expresara que "La mujer es mala. Cada vez que se le presente la ocasión, toda mujer pecará".

Tampoco nos sorprende hoy, en una serena lectura historiográfica y sociológica de las Sagradas Escrituras de la tradición católica, que en el Eclesiastés 22:3 pueda encontrarse que "El nacimiento de una hija es una pérdida", o en el mismo libro, 7:26-28, que "El hombre que agrada a Dios debe escapar de la mujer, pero el pecador en ella habrá de enredarse". O que el Génesis enseñe a la mujer que "parirás tus hijos con dolor. Tu deseo será el de tu marido y él tendrá autoridad sobre ti", o el Timoteo 2:11-14 nos diga que "La mujer debe aprender a estar en calma y en plena sumisión. Yo no permito a una mujer enseñar o tener autoridad sobre un hombre; debe estar en silencio".

Reconociendo que los prejuicios culturales, racistas y machistas, siguen estando aún presentes en la humanidad pese al gran progreso de los últimos siglos, desde una noción occidental (eurocentrista), podría pensarse que son religiones "primitivas" las que consagran el patriarcado y la supremacía masculina. Así, ente la población africana, es común que en nombre de preceptos religiosos (de "religiones paganas" se decía no hace mucho tiempo) más de 100 millones de mujeres y niñas son actualmente víctimas de la mutilación genital femenina, practicada por parteras tradicionales o ancianas experimentadas al compás de oraciones religiosas a partir del concepto, tremendamente machista, que la mujer no debe gozar sexualmente, privilegio que sólo le está consagrado a los varones, mientras que eso por cierto no sucede en sociedades "evolucionadas".

Incluso podría decirse que si la religión católica consagró el machismo, eso fue en tiempos ya idos, pretéritos, muy lejanos, y no es vergonzante hoy que uno de sus más conspicuos padres teológicos como San Agustín dijera hace más de 1,500 años: "Vosotras, las mujeres, sois la puerta del Diablo: sois las transgresoras del árbol prohibido: sois las primeras transgresoras de la ley divina: vosotras sois las que persuadisteis al hombre de que el diablo no era lo bastante valiente para atacarle". Es decir: la mujer siempre como objeto, y más aún: objeto peligroso.

En esa línea, tampoco llama la atención que hace ocho siglos Santo Tomás de Aquino, quizá el más notorio de todos los teólogos del cristianismo, y presente entre nosotros en nuestra ideología cotidiana aunque no se lo cite textualmente, expresara: "Yo no veo la utilidad que puede tener la mujer para el hombre, con excepción de la función de parir a los hijos".

Las religiones, y por tanto el sentido común dominante, ven en la sexualidad un "pecado", un tema problemático. Sin dudas, ese es un campo problemático. Pero no porque lleve a la "perdición" (¿qué será eso?) sino porque es la patencia más absoluta de los límites de lo humano: la sexualidad fuerza, desde su misma condición anatómica, a "optar" por una de dos posibilidades: "macho" o "hembra".

La constatación de esa diferencia real no es poca cosa: a partir de ella se construyen nuestros mundos culturales, simbólicos, de lo masculino y lo femenino, yendo más allá de la anatómica realidad de nacimiento. Esa construcción es, definitivamente, la más problemática de las construcciones humanas, y siempre lista para el desliz, para el "problema", para el síntoma (o, dicho de otra manera, para el goce, que es inconsciente. ¿Cómo entender desde la lógica "normal" que un impotente o una frígida gocen con su síntoma?). A partir de esa construcción simbólica, se "construyó" masculinamente la debilidad femenina. Así, la mujer es incitación al pecado, a la decadencia. Su sola presencia es ya sinónimo de malignidad; su sexualidad es una invitación a la perdición, a la locura.

De ahí al moralismo condenatorio, un paso. "Adán y Eva y ¡no Adán y Esteban!", vociferaba un predicador evangélico, Biblia en mano. No caben dudas que el campo de la sexualidad y las relaciones afectivas en su sentido amplio siguen siendo –no hay otra alternativa parece– el doloroso talón de Aquiles de lo humano. ¿Por qué, indefectiblemente, en toda cultura y todo momento histórico, se ocultan las "zonas pudendas"? Pero, ¿por qué son pudendas?, justamente. ¿Por qué toda la construcción en torno a esto es tan, pero tan problemática?

El psicoanálisis nos da la pista: no queremos saber nada de la incompletud, de la falta, por eso tapamos los órganos que nos ¿avergüenzan?, porque descubren que estamos en una carencia original: no podemos ser al mismo tiempo todo, machos y hembras. Por eso se prefiere una psicología de la felicidad que nos otorgue manuales y fórmulas de autoayuda para ¿triunfar en la vida? y asegurar el "amor eterno" (que, en realidad, no dura mucho), y nos exime de esta angustiante tarea de reconocer la incompletud. Resaltar la misma no es muy grato, hiere nuestro narcisismo; mantener la ilusión de la completud obviando el conflicto a la base, es mucho más gratificante. Las religiones, en general, no dicen algo muy distinto a esta psicología de la buena voluntad, de la felicidad. Por eso todavía siguen ocupando un importante lugar en la dinámica humana.

Como un dato con algo de "perturbador" (al menos para la conciencia tradicionalista y reaccionaria) que no puede dejarse pasar inadvertido, valga considerar este ejemplo que debería cuestionar radicalmente esta ideología de la virilidad, del "macho": en la ciudad de Guatemala, (capital de un país conservador desde el punto de vista ético, declaradamente cristiano –pero con un porcentaje de abortos de los más altos de Latinoamérica, por supuesto clandestinos–), en la última década la cantidad de travestis que ofrecen sus servicios en las calles aumentó en un 1,000%.

¿Cómo leer el fenómeno? ¿Se vuelve más "degenerada" la sociedad, o se permite externar más algo que estaba latente desde siempre? Considérese que quienes demandan el servicio son siempre varones (¿oficialmente heterosexuales y monogámicos?). Si subió tanto la oferta, es porque hay demanda, nos podrían decir los mercadólogos. Esto de ser ¡puro macho! habría que empezar a ponerlo en cuestión. Lo cual ayudaría a repensar críticamente –para buscarle alternativas, claro está– a la ideología patriarcal.

Toda esta misoginia que nos envuelve, este machismo que marca tanto a varones como a mujeres, tan condenable sin dudas, podría entenderse como el producto de la oscuridad de los tiempos, de la falta de desarrollo, del atraso que imperó siglos atrás en Occidente, o que impera aún en muchas sociedades contemporáneas que tendrían todavía que "madurar" (y que, por ejemplo, aún lapidan en forma pública a las mujeres que han cometido adulterio, como los musulmanes, o les obligan a cubrir su rostro ante otros varones que no sean de su círculo íntimo).

El Occidente "civilizado" ya no usa cinturón de castidad, pero es realmente para caerse de espaldas saber que hoy, entrado ya el siglo XXI, la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana sigue preparando a las parejas que habrán de contraer matrimonio con manuales como 20 minutos Madrid, del 15 de noviembre de 2004, año V., número 1.132, página 8, donde puede leerse que
La profesión de la mujer seguirá siendo sus labores, su casa, y debería estar presente en los mil y un detalles de la vida de cada día. Le queda un campo inmenso para llegar a perfeccionarse para ser esposa. El sufrimiento y ellas son buenos amigos. En el amor desea ser conquistada; para ella amar es darse por completo y entregarse a alguien que la ha elegido. Hasta tal punto experimenta la necesidad de pertenecer a alguien que siente la tentación de recurrir a la comedia de las lágrimas o a ceder con toda facilidad a los requerimientos del hombre. La mujer es egoísta y quiere ser la única en amar al hombre y ser amada por él. Durante toda su vida tendrá que cuidarse y aparecer bella ante su esposo, de lo contrario, no se hará desear por su marido.

La idea de "pecado decadente" ligado a las mujeres, no sólo en el catolicismo, sigue estando presente en diversas cosmovisiones religiosas, todas de extracción patriarcal. Esta cita, que podría tomarse como una exageración, es lo que sigue alimentando la ideología dominante. No hay cinturón de castidad…, al menos en la realidad. Pero hay mucho que seguir trabajando aún en todo esto.

REFLEXION

Patriarcado: ¿por qué?
Abrir una crítica contra el machismo dominante –que, por lo visto, atraviesa la historia humana y está presente en todas las latitudes– es imprescindible. Pero, ¿por qué? Podría comenzarse diciendo que por una cuestión de equidad mínima, por justicia universal y respeto por parte de los varones (dominadores hasta ahora) hacia las mujeres (las dominadas). Sin dudas si alguien sale perjudicado en esta asimétrica relación, es el género femenino. "Gracias dios mío por no haberme hecho mujer", reza una oración hebrea. Abundar con ejemplos acerca de esta injusta situación no es el objetivo de este texto (sobran por demás en la vida cotidiana), pero partimos de saber que los mismos son el punto de partida de la presente reflexión.

Por razones de la más elemental ecuanimidad debería corregirse, de una vez por todas, esta aberración del patriarcado. ¿Con qué derecho un varón tendría más cuota de poder que una mujer? ¿Por qué lo que a uno de los géneros se le prohíbe ("canas al aire", por ejemplo) en otros se tolera, o se aplaude incluso? ¿Por qué la irracional, absurda y malintencionada visión de las mujeres como malas conductoras de automóviles si estadísticamente está más que demostrado que tienen menos accidentes que los varones? (porque no son tan irresponsables, cuidan más su vida y la de los otros, cumplen más fielmente los reglamentos de tránsito). ¿Por qué los golpes lo siguen recibiendo siempre ellas y no ellos?

Por supuesto que no hay ningún "derecho natural", ninguna presunta determinación biológica que lo "justifique". Es una pura construcción histórica, una ideología del poder masculino que se ha impuesto, una nefasta injusticia –una más de tantas– que pueblan la vida humana. No se trata, entonces, de hacer un mea culpa por parte de los varones "salvajes, malos y abusivos" para tornarse más "piadosos", más "buenos". Definitivamente, no va por allí la cuestión.

Por cierto, un cambio en la construcción de las relaciones humanas daría como resultado una equiparación en derechos y deberes por parte de ambos géneros. De eso se trata, y no de un "abuenamiento" de los machos violentos.

Pero se quiere poner ahora el acento en otra vertiente. ¿Dónde nos lleva el patriarcado? ¿Por qué no ser machistas? No sólo porque los varones no tienen ningún derecho sobre las mujeres (¡que no son su propiedad, aunque todavía las mujeres casadas utilizan el genitivo "Sra. «de» Fulano"!) sino –y quizá esto puede ser lo fundamental– porque el modelo de sociedades patriarcales que se ha venido construyendo desde que tenemos noticia, propiedad privada de por medio, ha estado centrado en la supremacía varonil.

El poder, hasta ahora, se ha venido concibiendo como un hecho "masculino". La representación del poder es siempre un símbolo fálico (bastón de mando, cetro, báculo pastoral). Incluso los prelados católicos, que hicieron voto de castidad, representan su mandato con una evocación de aquello que no usan como órgano sexual y se une con lo fálico. El falocentrismo nos atraviesa.

Decir que la organización social es fálica apunta a concebir las relaciones interhumanas vertebradas en torno a un símbolo, un articulador que representa
la potencia soberana, la virilidad trascendente, mágica o sobrenatural y no la variedad puramente priápica del poder masculino, la esperanza de la resurrección y la potencia que puede producirla, el principio luminoso que no tolera sombras ni multiplicidad y mantiene la unidad que eternamente mana del ser (Lacan, 1958)

El falo, entonces, es el gozne que ordena una realidad de subjetividades, y si bien se inspira en el órgano sexual masculino, no es correlativo con él. El poder está concebido fálicamente; por tanto, tiene los atributos masculinos. Hoy por hoy, en nuestras patriarcales sociedades, una mujer que detente cuotas de poder, es considerada "masculina". Una mujer dominante "las tiene bien puestas", es la Dama de Hierro. Imagen masculinizada sin ningún atenuante.

Las sociedades que se han tejido en torno a este resguardo de la propiedad privada han sido tremendamente masculinizadas, entendiendo por "masculino" todo lo que se liga con los atributos de un "macho": fuerza, poderío, supremacía. La resistencia femenina ante el dolor de un parto, por ejemplo, ni siquiera se considera. Lo "importante" es lo varonil. Si se pregunta por el trabajo de una mujer, la ideología dominante sigue respondiendo: "no, no trabaja; es ama de casa". ¿No es importante ese trabajo acaso?

Si ese ha sido el molde con el que se edificaron las sociedades –machistas, basadas en la supremacía del más fuerte, competitivas y llevándose todo por delante, destruyendo al otro que termina siendo siempre adversario a vencer– los resultados están a la vista. Más allá de pomposas declaraciones de igualdad, justicia, paz y entendimiento (que nadie cree realmente, fuera de los actos protocolarios), la historia se sigue definiendo por quién detenta el garrote más grande (hoy día podría decirse: mayor cantidad de misiles nucleares intercontinentales).

Lo varonil: sinónimo de violencia
La "conquista" –que es siempre agresiva, impositiva, muy de machos– sigue siendo lo dominante. Se "conquistan" mujeres, territorios, incluso el espacio sideral. También en el campo del saber se habla de "conquistas" científicas. Si esa es la matriz que nos constituye (¿machista, patriarcal, centrada en el garrote más grande como definición última de nuestra dinámica?), el resultado habla por sí solo. Ese es el mundo que tenemos: se gasta más en armas que en satisfacer las necesidades básicas de la humanidad. Y aunque se habla hasta el cansancio de paz y desarrollo equitativo, deciden los destinos del mundo los que tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, los que tienen el garrote más grande (¿el tamaño sí importa?).

Si el mundo que, propiedad privada de los medios de producción mediante, hemos construido se basa en esa sed de "conquista" (machista), evidentemente ser machistas no nos depara lo mejor. Al menos como especie, como humanidad. Una rápida mirada al asunto podría hacer concluir que, sin dudas para los varones, sí hay beneficios. ¡Por supuesto que en un sentido los hay!, pues las desiguales cuotas de poder estipulan prebendas para unos (los varones, los machos) allí donde para la otra mitad (las mujeres) hay penurias. Habría que ser ciego para no reconocer que los golpes los reciben las mujeres y que los varones son los "beneficiados".

Pero pretendemos ir más lejos en el análisis: las sociedades erigidas a partir de ese modelo de dominación y competitividad (la abrumadora mayoría de las que se conocen), si bien otorgan injustos e injustificados privilegios a los varones a costa de las mujeres (más disfrute, menos trabajo, más ejercicio de poderes, más licencias para todo), sirven en definitiva para erigir construcciones sociales violentas e inequitativas que terminan por ser dañinas para todos los integrantes por igual. La posible guerra nuclear o el ecocidio que se vive tocan a toda la humanidad, no olvidarlo.

Las sociedades basadas en la explotación económica de una clase sobre otra, que hacen de la guerra de conquista (¿acaso alguna guerra no es de conquista?) una clave de su desarrollo, las sociedades militarizadas y con patrones autoritarios; en otros términos: prácticamente todas las sociedades que conocemos desde el surgimiento de la propiedad privada cuando nuestros ancestros llegaron a la agricultura y se hicieron sedentarios, todas siguen ese patrón machista. Por tanto, ese modelo dominante no sólo a las mujeres –las principales desposeídas, golpeadas y vejadas– sino a la totalidad del cuerpo social no le depara un mundo de rosas.

En todo caso, debe admitirse que cualquier varón, no importando su ubicación socio-económica ni adscripción étnica, se beneficia infinitamente más que cualquier mujer por el solo hecho de su estructura anatómica, que dado el contexto social le permite ser un "macho" con todas las prerrogativas concomitantes.

Para un mundo patriarcal, tal como el que sigue habiendo más allá de los primeros cambios que se empiezan a ver con una crítica a estos paradigmas, los varones ¿por qué querrían renunciar a esos privilegios? Eso implicaría comenzar a compartir cuotas de poder con el género femenino, y definitivamente nadie está dispuesto a ceder su sitial de honor. ¿Acaso algún cambio en las relaciones de poder en nuestra historia como especie fue pacífico alguna vez? Recordemos aquella sentencia citada más arriba, que ahora podrá dimensionarse más acabadamente después de todo lo dicho: “La violencia es la partera de la historia”.

La cuestión básica por la que se abre esta crítica no es sólo por el desarrollo de una nueva masculinidad no violenta que podría pretenderse más ¿civilizada?, más ¿"buena onda"? Bienvenida ella, por supuesto. Pero hay que ir más allá aún.

En todo caso, la apuesta es reemplazar esos patrones machistas, patriarcales, masculinizantes, por nuevas formas de concebir las relaciones humanas; o si se quiere decir de otra manera: para plantearnos una crítica a la forma en que nos vertebra el poder.

¿Qué hacer entonces?
Quizá puede enfocarse la tarea no pensando en una nueva masculinidad más "humanizada", más "suave", sino, siendo más amplios, considerando y proponiendo nuevas relaciones humanas. Ello no sólo porque los varones deben ser "bondadosos" y no maltratar a las mujeres (aunque suene cínico, o absurdo, dicho así).

Se trata de construir una nueva sociedad que replantee la idea de poder. ¿O habrá que pensar que estamos condenados al bastón de mando masculino? De hecho, si bien son muy contados casos en el mundo, también hay sociedades donde el género masculino no detenta el poder (los Minangkabau en Indonesia, los Mosuo en el Tíbet, etc.), donde hay otras formas de "armar" la sociedad.

Si el poder masculinizante dio como resultado en el mundo esta catástrofe que tenemos actualmente, con sus interminables "conquistas" y violencia generalizada llevándose todo por delante, es hora de empezar a pensar en una crítica radical de ese paradigma machista y patriarcal que está a su base.

De continuar por ese lado, tenemos la destrucción de la especie asegurada, y seguramente también del planeta. Dato interesante: de activarse simultáneamente todo el potencial nuclear bélico que hay sobre el planeta en estos momentos, la Tierra estallaría, no quedaría ni rastro alguno de forma viva y la onda expansiva que provocaría la explosión llegaría hasta la órbita de Plutón. Proeza técnica, sin dudas (si es que así se le puede llamar). Pero ese ímpetu destructivo, esa arrogancia arrolladora (¡muy machista!) no sirve para lograr un mundo más equilibrado, no pudiendo resolver problemas ancestrales como el hambre, o la conflictividad entre pares (continúa el racismo, el machismo, la competencia descarnada). El "éxito" sigue concibiéndose como destrucción del otro, ser más que el otro. Es evidente que, falocentrismo por medio, "el tamaño sí importa"

¿Se terminarían todas esas aberraciones, injusticias y mezquindades con un planteamiento alternativo, no machista? ¿Cómo encaja ahí lo de "nuevas masculinidades"? No lo sabemos, pero vale la pena intentarlo. Aunque, siendo rigurosos, no es sólo una nueva masculinidad sino una nueva forma de establecer las relaciones entre seres humanos. Decía Gabriel García Márquez (The Time Magazine Special Issue Millennium, Octubre de 1992, Vol. 140 N° 27):
Lo único realmente nuevo que podría intentarse para salvar la humanidad en el Siglo XXI es que las mujeres asuman el manejo del mundo. La humanidad está condenada a desaparecer en el Siglo XXI por la degradación del medio ambiente. El poder masculino ha demostrado que no podrá impedirlo, por su incapacidad para sobreponerse a sus intereses. Para la mujer, en cambio, la preservación del medio ambiente es una vocación genética. Es apenas un ejemplo. Pero aunque sólo fuera por eso, la inversión de poderes es de vida o muerte.

En sentido estricto, quizá no se trate de invertir los poderes, tal como reclama el insigne colombiano, sino de plantear una nueva forma de relacionamiento. O si se quiere decir de otro modo: es necesario reformular la noción misma de poder, de ejercicio de poder.

¿Por qué no ser machistas? No porque la llamada nueva masculinidad invite a los varones a "ser buenos" con las mujeres. O, al menos, no sólo por eso. ¡No debemos ser machistas por una elemental necesidad de preservar la vida!..., aunque para los varones aparentemente resulte un beneficio ser servidos. El modelo violento, arrasador, conquistador a que da lugar ese esquema viril, si bien pueda deparar presuntos beneficios para el macho atendido servilmente por "sus" mujeres, en definitiva es el preámbulo de otras formas de violencia, es decir: de nuestro actual mundo basado en la injusticia, la impunidad, la corrupción, el chantaje y, cuando sea necesario, la eliminación del otro.

Mientras no se considere seriamente el tema de las exclusiones –todas, no sólo las económicas, también las de género al igual que las étnicas– no habrá posibilidades de construir un mundo más equilibrado.

Dicho en otros términos: el falocentrismo del que todos somos representantes, el modelo de desarrollo social que en torno a él se ha edificado –bélico, autoritario, centrado en el ganador y marginador del perdedor– no ofrece mayores posibilidades de justicia.

Trabajar en pro de los derechos de género es una forma de apuntalar la construcción de la equidad, de la justicia. Eso no es sólo una tarea de las mujeres. ¡Es un trabajo político-social-ideológico de todas y todos por igual! Y sin justicia no puede haber paz ni desarrollo, aunque se ganen guerras y se conquiste la naturaleza.

ACCION.
Partiendo   de los textos  abajo  citados, ¿qué propones  para ir sustituyendo al  Patriarcado  Machista  que  sufre  nuestra  sociedad?


Decía Gabriel García Márquez (The Time Magazine Special Issue Millennium, Octubre de 1992, Vol. 140 N° 27):
Lo único realmente nuevo que podría intentarse para salvar la humanidad en el Siglo XXI es que las mujeres asuman el manejo del mundo. La humanidad está condenada a desaparecer en el Siglo XXI por la degradación del medio ambiente. El poder masculino ha demostrado que no podrá impedirlo, por su incapacidad para sobreponerse a sus intereses. Para la mujer, en cambio, la preservación del medio ambiente es una vocación genética. Es apenas un ejemplo. Pero aunque sólo fuera por eso, la inversión de poderes es de vida o muerte.

Trabajar en pro de los derechos de género es una forma de apuntalar la construcción de la equidad, de la justicia. Eso no es sólo una tarea de las mujeres. ¡Es un trabajo político-social-ideológico de todas y todos por igual! Y sin justicia no puede haber paz ni desarrollo, aunque se ganen guerras y se conquiste la naturaleza.

Mientras no se considere seriamente el tema de las exclusiones –todas, no sólo las económicas, también las de género al igual que las étnicas– no habrá posibilidades de construir un mundo más equilibrado.



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Bibliografía

Aguilar, Y. y Fulchiron, A. (2005) El carácter sexual de la cultura de violencia contra las mujeres. Guatemala: FLACSO/UNESCO.

Bergara, A., Riviere, J. y Bacete, R. (2008) Los hombres, la igualdad y las nuevas masculinidades. Vitoria: Instituto Vasco de la Mujer.

Calderón, M. y Osborne, R. (1990) Mujer, sexo y poder. Aspectos del debate feminista en torno a la sexualidad. Madrid: Instituto de Filosofía.

Engels, F. (1970) El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Moscú: Editorial Progreso.

Faur, E. (2004) Masculinidades y desarrollo social. Las relaciones de género desde la perspectiva de los hombres. Bogotá: Arango Editores/UNICEF.

Fraser, N. (1998) La justicia social en la época de la política de la identidad: redistribución, reconocimiento y participación. Buenos Aires: Edición del Centro de Documentación sobre la Mujer.

García Márquez, G. Entrevista en The Time Magazine Special Issue Millennium, Octubre de 1992, Vol. 140 N° 27):

Hardy, H. y Jiménez, A. L. (1999) “Masculinidad y género”, en Revista Cubana de Salud Pública, N° 27 (2001).

Lacan, J. (1958) “La significación del falo”, en Escritos II. Madrid: Siglo XXI Editores.

Lagarde, M. (1977). Los cautiverios de las mujeres: madreesposas, monjas, putas, presas y locas. México: UNAM.

Olavarría, J. (2008) “Globalización, género y masculinidades. Las corporaciones transnacionales y la producción de productores”, en Revista Nueva Sociedad N° 218.

Toro-Alfonso, J. (2009) Lo masculino en evidencia. Investigación sobre la masculinidad. San Juan: Publicaciones Puertorriqueñas.

Vance, C. (compiladora) (1989) Explorando la sexualidad femenina. Madrid: Editorial Revolución.



* Trabajo presentado en el Pre-Congreso ALAS “Ciencias Sociales en movimiento: desafíos para un mundo en transformación”, el 16 de julio de 2015, Guatemala, Universidad de San Carlos y aparecido en la Revista Análisis de la Realidad Nacional, del IPNUSAC, año 4, edición digital No. 77, julio de 2015.



martes, 14 de julio de 2015

¿Qué ES LA ANDRAGOGIA?

¿Qué   ES   LA   ANDRAGOGIA?
ES LA CIENCIA QUE  SE ENCARGA DE ELABORAR EL MARCO TEÓRICO  DEL HECHO  FORMATIVO DE LOS ADULTOS. ES EL APORTE  FUNDAMENTAL PARA LA CONFIGURACIÓN TEÓRICA  Y  TÉCNICA DE NUESTRA  CONCEPCIÓN DEL PROCESO FORMATIVO  SOCIO POLITICO  EN LAS COMUNIDADES DE APRENDIZAJE.

LA ANDRAGOGIA , ASI COMO LA PEDAGOGÍA CONSTITUYE UNO DE LOS PILARES FUNDAMENTALES DE LA ANTROPOGOGIA,  QUE ES LA CIENCIAS DE LA EDUCACION, CUYA FINALIDAD ES EL LOGRO DEL DESARROLLO  INTEGRAL DE LA PERSONALIDAD  DEL  SER HUMANO. ES LA EDUCACION ENTRE ADULTOS  QUE  DESARROLLA LA PERSONALIDAD  INTEGRAL DEL HOMBRE COMO TOTALIDAD EN EL TRANSCURSO DE TODA SU VIDA.
LA  ANDRAGOGIA SE INTERESA EN EL HOMBRE INTEGRAL , COMO PROYECTO EN PERMANENTE HACERSE: SU PERFIL LO CONSTITUYEN SUS RASGOS OCUPACIONALES (SABER HACER) Y SUS RASGOS DE PERSONALIDAD(SABER SER).

EL  HECHO ANDRAGOGICO BUSCA EL EQUILIBRIO DE LA  EDAD  BIOLOGICA Y PSICOLOGICA DE LOS PARTICIPANTES EN LA DINAMICA DE  UN  CONTEXTO  HISTORICO, ESPACIAL, SOCIAL, CULTURAL, POLITICO Y ECONOMICO  DETERMINADO.

¿Pu edes   agregar  algo para  enriquecer  estas  definiciones  de lo  que  es  La Andragogia?
Investiga,  aporta y  envía  tus  trabajos  sobre  el tema  a: edas.mérida@gmail.com


¿SABIAS QUE HAY GENTE EN OTROS PAÍSES QUE LUCHAN Y DEFIENDEN A VENEZUELA?

PARA QUERER  Y LUCHAR  POR  VENEZUELA, NO  SE  NECESITA  HABER  NACIDO  AQUÍ.
Mi cachucha de Venezuela...
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Ilka Oliva Corado - Rebelión
Mi hermana-mamá llegó un día del trabajo con la bulla que me había comprado una gorra de Venezuela en una tienda de segunda mano, le había costado 50 centavos. La gorra todavía tenía la etiqueta de nueva, qué felicidad. Tiene la bandera y además dice Venezuela.  La cargo para arriba y para abajo y siempre que la uso más de uno gringo  me da el pésame, me ven con aquella cara de tristeza y me dicen que lamentan mucho lo que está sucediendo en Venezuela  porque Chávez la arruinó y hoy vive bajo dictadura.
Que pobre gente que se está muriendo de hambre, que mucha violencia, que no hay preservativos (la mara solo en coger anda pensando, como si  los preservativos fueran la pena más grande en esta vida) yo los escucho y les veo aquellas expresiones de espanto, como si realmente estuviéramos hablando de una tragedia.

 A veces quiero dejarlo pasar y hacer como que no escuché nada pero no puedo, tengo esa espinita ahí que no me permite dejar que  hablen mal de Venezuela frente a mí. Lo mismo me sucede cuando hablan de Cuba. Estoy de acuerdo en que los procesos no son perfectos y hay cuestiones criticables, pero la mayoría lo hace por ignorancia, ni siquiera por una postura política bien cimentada,  en Estados Unidos la gente no tiene ideología, aquí lo que impera es el consumismo, son marionetas de los medios que tergiversan todo. Y ellos todo lo creen.  Les dijeron que Cuba era peligro para el país y lo creyeron, ahora les dijeron que ya no tanto y hasta emocionados están con ir de vacaciones a esa isla. Les cambiaron las cartas, ahora les dijeron que el peligro lo representa Venezuela  y ni lo ubican en el mapa (porque ellos creen que México es Latinoamérica) y están seguros que así es porque  los medios de su país no mienten, mucho menos el presidente.

Por esa razón siguen creyendo firmemente que las intervenciones estadounidenses en Irak no fueron invasiones sino una guerra que ellos (los iraquíes) provocaron.  No se les mencione jamás que Estados Unidos está apoyando a Israel con el genocidio Palestino, porque para ellos Israel es intocable (con eso que aquí  hay millones de judíos “pudientes” y si supieran que no tiene nada que ver con religión esa invasión). Y ni qué mencionarles de la United Fruit Company porque ni idea tienen. Y si se les dice que su país ha invadido docenas de países, que ha propiciado guerras y que ha sido el culpable de tantas torturas, genocidios y robos de tierras piensan que les están contando una de vaqueros. Sus soldados no violan niñas, jamás. Ellos son honorables. Con sus soldados no se metan porque entonces sí, los ánimos se caldean y  vuelan puñetazos por todos lados.  Si se les menciona que Estados Unidos tiene que ver con las migraciones masivas de los latinoamericanos hacia este país piensan que se les dice  eso porque su país tiene la arrogancia de  hacerse llamar así mismo  el más poderoso del mundo, piensan que son sus dólares los que atraen, pero no; la culpable es su política externa  y que no saca sus narices de los países para que estos puedan ser democráticos y se liberen de las garras del imperio. Esto ni mencionárselos porque te preguntan cómo se llama la película para irla a ver al cine. Con ellos las injusticias y las tragedias solo suceden  en Hollywood. Viven dentro de esa burbuja bien trabajada por el sistema, y si de pronto hay uno que despierta y abre los ojos, ya sabemos lo que le pasa así sea estadounidense. El consumismo es el sedativo perfecto que beneficia a estas mafias del capitalismo mundial.

Entonces cuando me dicen que pobrecita porque mi  país (Venezuela por la gorra) está en la calamidad y que hay dictadura, (pero pobrecito sí mi país Guatemala que tiene un gobierno de genocidas apoyado por Estados Unidos) yo les digo que la dictadura está aquí porque tienen vigilados milimétricamente a todos sus ciudadanos. Donde existe una falsa libertad. No hay dictadura más feroz que la del capitalismo que reproduce marionetas  con la rapidez de los gusanos de yogurt.  Otros ven la gorra como contestaría, lo mismo me sucede cuando cargo mi morralito con la imagen del Che Guevara, les guste o no a los desertores el hombre es un ícono y es reconocido en el mundo entero.  A muchos les ofende aunque no tengan idea de quién es, de quién lo mandó a matar, se ofenden porque el sistema les dice lo que te tienen que pensar y cómo actuar. Son como robots.
 Aunque de cuando en cuando me encuentro con estadounidenses muy bien informados y es un lujo debatir con ellos, así sean de distinta ideología política. Se aprende mucho aunque las posturas sean distintas. Esos días para mí son de lluvia y torrencial en la sequía ideológica que se vive en este  país.  Por ejemplo tengo una chumpa de Brasil y siempre que me la pongo la asocian con el fútbol,  si me pongo una chumpa de Cuba no la asociarían con los deportes, jamás. Si me pongo una de Argentina la asociarían con Messi es capaz, yo les diría Cristina y los fondos buitre, se quedarían en la luna. Lo personal es político, pero el sistema se encarga de grabarnos el casete.

La semana pasada fui a comprar una caja de cervezas a la licorería, mientras buscaba la marca que me gusta entró un grupo de muchachos entre gringos y latinos, yo cargaba mi gorra de Venezuela y un gringo me dijo en inglés, ¿eres de Venezuela? No pero como si lo fuera, soy guatemalteca. Menos mal porque te iba a decir que lamentaba mucho lo que estaba pasando en tu país, Maduro los está matando de hambre. Yo sí lamento lo que está pasando en mi  país Guatemala, el embajador de tu país no saca las narices del gobierno, ¿qué podemos hacer al respecto?, porque Guatemala sí está viviendo bajo una dictadura y Estados Unidos tiene mucho que ver, ¿Venezuela?, brincos diera yo que Guatemala tuviera “la dictadura” que tiene Venezuela.  Así comenzó la conversación, el gringo tenía como 40 años y me dijo que daba clases en una universidad del Estado, pero que no tenía idea de lo que yo le hablaba porque no había escuchado nada de eso. Claro no has escuchado porque las patrañas que hace este país no las van a venir a contar aquí, aquí cuentan lo que a ellos les conviene, me extraña que siendo docente universitario no estés informado, debería ser tu obligación moral. Me preguntó en qué trabajaba y le dije que limpiando casas, no me creyó. Me dijo que nunca había escuchado hablar así a una empleada doméstica, le dije que eso es porque no nos ven pero que sí existimos y somos más que dos manos trapeando pisos.

Un mexicano que andaba con ellos me regañó por ser guatemalteca y cargar una gorra de otro país me dijo que yo no era patriota (paso no soy patriota) que cómo se me ocurría cargar una gorra de otro país, que eso era traición. Le dije que con gusto me ponía una gorra mexicana también. Eso sí le agradó. Me dijo que mejor una playera de la selección nacional, le dije que mejor una playera con el número 43. Se quedó en las nubes, como imaginé.

Pero no todo es miel sobre hojuelas,  he conocido venezolanos y guatemaltecos  que se llenan la boca diciendo que son revolucionarios, que apoyan a Maduro, que se ponen sus playeras de Venezuela y caminan con orgullo  pero que se saborean y se mojan los labios cuando escuchan las noticias de soldados gringos violando niñas en Colombia. Mierda hay en todos lados. Y la mierda que se hace pasar por revolucionaria es la más rastrera de todas. Que no nos quepa la menor duda que  tienen violaciones en su haber de inmundicia infestando la lucha revolucionaria de los dignos.

Yo sigo con mi gorra de Venezuela, y de seguro seguiré en esas conversaciones que parecen triviales cuando a más de uno se le ocurra mencionar que pobrecito ese país porque no hay preservativos…
Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado.