Comunidades de Aprendizaje Socialistas (C.A.S)

lunes, 23 de enero de 2017

LA AUTOBIOGRAFIA ES UNA ESPECIE DE RELATO...

La autobiografía
CONTRACORRIENTE /
La  palabra autobiografía evoca muchas veces la figura de algún personaje  notable  que  narra  y  examina  su  vida,  mientras  expone  opiniones acerca  del  arte,  la  religión,  la  política,  la  sociedad,  la  educación,  etc,  para edificación y ejemplo de sus lectores.

 Es poco probable encontrar algo así en  las  páginas  que  siguen,  y  no  porque  falte  calidad  a  la  escritura  o  profundidad a la reflexión. En las propuestas educativas basadas en la acreditación de experiencias, la autobiografía es el primer paso para la hermosa tarea de sistematización de la propia experiencia que debe emprender todo participante.

Como  se  verá,  si  bien  no  hay  y  no  debe  haber  normas  para  la       elaboración de la autobiografía, su práctica implica evocar y analizar lo vivido para luego plasmarlo por escrito, en un proceso que permanentemente va y vuelve de la evocación a la escritura.

En el caso del programa de Estudios Abiertos, es fundamental la socialización de la autobiografía (finalizada, o  en  proceso)  en  la  comunidad  de  aprendizaje.    Este  acto  de  escritura  de lo  vivido  permite,  entre  otras  cosas,  tomar  conciencia  de  todo  lo  hecho  y aprendido, de los conocimientos acumulados y de la propia capacidad para analizar y organizar ese conocimiento. Es un acto de autodiagnóstico y es un acto de autoreconocimiento que van más allá de los aprendizajes teóricos e implican todos los aspectos de la vida. 

La autobiografía no va sola, ni es un fin en sí misma. A través de distintos procedimientos como la construcción de los perfiles o la elaboración del portafolio académico, desemboca en la construcción de la malla curricular individual, basada en la propia experiencia; y, finalmente, en la acreditación  de  las  destrezas,  saberes,  valores  y  conocimientos  expresados  en  esa malla y en el propio portafolio. Más importante aún para el participante es descubrir  que  es  investigador,  que  puede  realizar  y,  en  la  mayoría  de  los casos,  ha  realizado  aportes  procedimentales,  metodológicos  o  teóricos  en su área de conocimiento.

 El presente número recoge distintas visiones en torno a esta fundamental herramienta para la construcción de un conocimiento liberador. Desde textos teóricos en apariencia distantes de la vida (escritos por personas que han recorrido desde hace décadas el proceso de acreditación) a relatos vivenciales en los que una lectura superficial solo hallará relato (redactados por personas escolarizadas exitosamente en la educación convencional), los textos que componen esta selección construyen, en tránsito permanente de la experiencia a la teoría y de ésta a aquélla, una visión heterogénea pero armoniosa de la autobiografía.

El escrito de la Prof. Myriam Anzola, fundadora del programa de Estudios Abiertos, propone una caracterización de la autobiografía desde categorías temáticas frecuentes en los textos autobiográficos en tanto relatos constructores de sentido.

 Muchos escritos recibidos para la construcción colectiva de este número especial no fueron incorporados, bien porque no pudieron llegar a tiempo, bien  porque  sus  propuestas  no  coincidían  con  los  objetivos  de  esta  publicación, centrada en la autobiografía como herramienta en la acreditación de experiencias. Con lo cual queremos decir que la producción intelectual de las comunidades de aprendizaje en torno a este tema supera con creces lo  aquí  presentado. 
Si  las  palabras  de  esta  presentación  se  quedan  cortas, invitamos a cada a lector a adentrarse en todos y cada uno de los textos aquí recogidos: estamos seguros de que no los defraudarán.
Equipo Editorial CONTRACORRIENTE
El relato
como eje epistémico
Por:
Dra. Myriam Anzola
Fundadora del Programa de Estudios Abiertos de la UPTM
Ex Rectora de la Universidad Politécnica Territorial de Mérida Kléber Ramírez
anzolamyriam08@gmail.com
Resumen.
Este  texto  es  un  ejercicio  de  caracterización  del  relato  autobiográfico  como  eje epistémico para la elaboración de una ruta en  un  proceso  de  escolaridad  distinta          emprendida  por  participantes  del  Programa de  Estudios  Abiertos  de  la  Universidad Politécnica Territorial de Mérida Kléber Ramírez. A partir de cinco años de lectura de numerosas  autobiografías  de  participantes de distintas subáreas de aprendizaje, se ha podido  establecer  una  percepción  general de  las  categorías  temáticas  que  aparecen con  frecuencia  en  los  textos  autobiográficos  y  que  van  construyendo  el  sentido  de un  documento  enmarcado  en  el  género  literario  del  relato.  Este  texto  compuesto  de las categorías mencionadas le otorga linealidad  a  la  vida  académica  de  cada  escritor que emprende el proceso autoformativo en cada  Comunidad  de  Aprendizaje  de          Estudios Abiertos.
Palabras clave: Relato, autobiografía, caracterización, estudios abiertos.

Introducción:
 El relato como género de la literatura se dedica a transmitir con suficiencia de detalles algunos eventos ocurridos  en  un  cierto  período  de  tiempo.  El  término relato etimológicamente se deriva de “relātus” en latín  y  era  referido  en  la  antigüedad  a  los  cuentos  y narraciones que no eran demasiado extensas. Es así que el relato no es exactamente un cuento en el tenor de lo tradicional, porque adolece de la distribución específica de personajes adjuntos al protagonista que se deriva de la estructura narrativa de los cuentos y de los roles definidos que se establecen entre ellos descritos por Propp (1998) y que muestran  relaciones específicas a lo largo del eje narrativo. En el caso del relato autobiográfico, a diferencia de los cuentos  tradicionales,  y  de  los  cuentos  contemporáneos, el autor o autora ostenta una dedicación particular por el desempeño del protagonista en el hecho narrativo. De igual manera tiene, como género literario, una extensión inferior a las novelas clásicas. En el relato autobiográfico el escritor o la escritora se concreta en hechos relevantes que sintetizan los                acontecimientos vividos y enfatiza las circunstancias que lo rodearon o que lo produjeron con unas descripciones superficiales que no tienen la carga estético-literaria de las descripciones sobre el entorno que caracterizan a las novelas.

 En  la  literatura  universal encontramos  un  amplio número de importantísimos autores que centraron su obra en el ámbito del relato. Caso excepcional resulta el de Jorge Luis Borges que se destacó con re-latos magistrales como El jardín de los senderos que se bifurcan, o el de Edgar Allan Poe con textos como El escarabajo de oro, en el que desarrolló el relato de suspenso como una suerte de condensación; al igual que las novelas de Agatha Christie, las cuales fascinaban a  los lectores fanáticos del género detectivesco.
 En términos generales el relato, cuando está bien escrito,  cumple  con  las  premisas  fundamentales  de un texto  complejo que implica una elaboración conceptual tan importante como lo puede ser el ensayo. En el relato el autor recupera información de su memoria y la organiza de manera coherente posicionándose como narrador y como autoridad en el tema. Al escribir un relato, el pensamiento del autor se libera en el hecho narrativo. La diferencia del relato con otros géneros es que pareciera ofrecer más versatilidad ya que no impone la rigidez de las formas de una novela o de un cuento largo.

La autobiografía como relato.
El  género  autobiográfico  implica  un  relato  introspectivo  de  quien  escribe. El  autor  de  la  obra  no está  sujeto  a  una  estructura  rígida  al  momento  de escribir su autobiografía. La forma de elaborarla depende solo de él mismo.

 Para escribir una autobiografía no es obligatorio seguir  un  determinado  orden  cronológico  en  la  narración de los acontecimientos de la vida del escritor o  escritora.  Tampoco  hay  restricciones  respecto  a  la linealidad narrativa, se puede hacer de manera prospectiva o retrospectiva. Puede el autor decidir hablar en primera persona: “Nací en Mérida un 26 de abril del año 1979”; o en tercera persona: “Ella era una niñita tan débil que parecía que no llegaría a cumplir su primer año de vida”.
En cuanto al lenguaje empleado se aplica la misma regla. Es decir, todo queda en manos del escritor.

Si  quiere  seguir leyendo… busque  la  revista Contracorriente.

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