Comunidades de Aprendizaje Socialistas (C.A.S)

jueves, 1 de diciembre de 2016

JOSE SANT ROZ ESCRIBE SOBRE JUAN VEROES


https://ensartaos.com.ve/es/2016/11/28/juan-veroes-en-la-lucha-de-la-formacion-ideologica


Juan Veroes en la lucha de la formación ideológica...
José Sant Roz
Nuestro destino va marcado por los amigos que nos encontramos en la vida, y afortunado aquel que se encuentra con un loco de una idea fija. Los amigos son como hitos en el largo devenir de la existencia, y cada uno tiene su época, su motivo, su lugar. Están los amigos de la infancia que llevan esa carga tan hermosa, como ángeles o duendes aparecidos en la inmensidad de los sueños, y que quizá sean los que dejen en nosotros una impronta más colmada de poesía, de inocencia y de encantos espirituales profundos. Como los himnos de la noche (de Novalis). Una vez que adquirimos el compromiso con un hogar y una esposa, surgen otra categoría de amigos, igualmente matrimoniados, con distintos grados de solidaridad según el tiempo disponible para la batalla. Hay también los colegas y los conocidos que son como aves de tierras lejanas en sus vuelos, con los que uno llega a pasar buenos ratos etéreos (matemáticos) pero que el recuerdo no los retiene mucho, son con los que discutían meramente temas profesionales, sin ahondar mucho en la filosofía o en la historia ni sobre la vida o la política.
Tuve hermanos del alma en la literatura, algunos ya han muerto, aunque siempre hablo con ellos, a esos sí los recuerdo con frecuencia; los leo y los llevo en lo más hondo de mí. Son maestros imperecederos. Entre esos hermanos están Juan Félix Sánchez y Epifania Gil, Winston Campos, Ramón J. Sender, el padre Santiago López Palacios, J. E. Ruiz Guevara, Mario Silva, Pedro Pablo Pereira, Gisela Barrios (mi comadre), Eloi Chalbaud Cardona, P. N. Tablante Garrido, Ramón Darío Suárez, Jean Marc De Civrieux, Andrés Zavrostky, el padre José Villa, Argenis Rodríguez, ...
Luego en la lucha del terreno social he cultivado otras amistades no menos esenciales entre las que cabe mencionar la de Alexis Ramírez, Juan Carlos Villegas, Pedro Grima, María Castillo, Sinforiano Guerrero Lobo, Ricardo (Roy) Martínez, Humberto Martínez, Gilberto Perdomo y Juan Veroes, entre otros.
Me referiré en particular en esta ocasión a Juan Veroes, un amigo que tiene excelentes méritos, que a veces quienes le tratamos diariamente los vemos como normales o comunes. Yo recuerdo haber visto por primera vez a Veroes por allá por el año 2005, en unas reuniones encendidas de debates que teníamos en la Imprenta de Mérida. Era entonces director de la Imprenta el amigo Humberto Martínez. Y a Veroes lo veía yo siempre vendiendo el semanario Kikiriki del Partido Comunista. Según tengo entendido era un paquete de periódicos que le mandaban desde Valencia, y él los vendía aquí en Mérida. Él vendía Kikiriki pero quería a la vez que nosotros lográsemos consolidar un medio como lo fue “Despertar”, de gloriosa memoria en el año 2002. En la Imprenta los debates nos fueron familiarizando con batalladores que dan la vida en ese terreno poco amigable y muy poco reconocido de los medios de comunicación alternativos o comunitarios. En esos primeros días, allá en la Imprenta, veía a Veroes tomar la palabra con su lógica cargada de cierta ironía descarnada y de una aguda visión crítica; en ellas desvelaba el problema de la poca compresión de los entes del Estado para con los medios alternativos. Aquel señor joven (pese a sus años), solido y macizo, concentrado como en su saber, en su experiencia y en su firmeza, dejaba correr sus argumentos como un río de metralla inclemente. Porque Veroes viene de una sucesión de batallas en distintos frentes que se remontan a la época del dictador Marcos Pérez Jiménez. Siendo negro, y poseedor de esa lucidez crítica incisiva fue en aquellos tiempos captado por el partido COPEI, y se convirtió en un dirigente de la tolda verde, y probablemente sirvió sin querer y sin darse cuenta de la CIA, en aquellos proyectos que esta organización montaba en los barrios de Caracas. Luego fue evolucionando hacia una concepción más clara de la política, hasta llegar a convertirse en un revolucionario de izquierda.
En la época en que nos conocimos andábamos los dos en la misma pertinaz lucha contra la burocracia y la indolencia de las llamadas autoridades; nos fuimos haciendo una misa voz, un mismo clamor y una misma prédica de fe, solidaridad y entusiasmo en lo que planteábamos. No llega uno fácilmente a descifrar los signos de los avatares que te van uniendo a tantos camaradas que acaban por colocarte al frente de responsabilidades vitales en la lucha política. Algunos de esos camaradas fueron cayendo en el camino y a veces uno ni siquiera se detenía a recogerlos o a preguntarse de dónde habían surgido los balazos o los ventarrones que se los llevaron. Luego uno los ha visto como zombis  por ahí, con sus danzas de fenecidos y como están ya muertos uno ni los saluda porque para qué. Hay otros que persisten firmes en medio de todas las escaramuzas y bombardeos de la derecha, y les vemos los nubarrones de los fogonazos que han recibido pero que nadie los tumba, nadie los doblegará ni chantajeará.
Pues bien, Juan Veroes pasó a ser un puntal disciplinado, constante y perseverante en el trabajo de la formación ideológica y en la difusión de las ideas más recientes contra el modernismo. Un hombre enamorado de los libros, de los periódicos, de las clases, discusiones y de las bibliotecas. Y fue de los fundadores de la Universidad Socialista del Pueblo y de Univer-so Medios, junto a Franz Lee, Jutta Smidth, Juan Carlos Villegas, Gilberto Perdomo, Max Rondón, Gloria García y este servidor. Luego junto con el filósofo Luis Vargas, Juan Carlos Villegas y otros luchadores merideños fuimos a Cuba a dictar unos cursos de formación socialista para los estudiantes venezolanos de medicina.
Luchando por tener un medio en Mérida que le diera la pelea a la derecha en el terreno comunicacional, fundamos en semanario “El Paso de los Andes”. Qué buena pelea dimos por un tiempo, pero entonces llegó como gobernador de Mérida el señor Marcos Díaz Orellana, y siendo Veroes nuestro corresponsal en las actividades periodísticas, en la Gobernación se le negó participar en las ruedas de prensa porque no era periodista ni miembro de un medio importante. Así era la categoría de gobierno “revolucionario” que entonces teníamos en Mérida. Recuerdo que le reclamé esta humillación a un excelso director de la Gobernación, a un tipo que venía de una familia muy pobre, a un comecandela de las luchas estudiantiles de los años ochenta y noventa, que luego sería diputado a la Asamblea Nacional: “- ¿Por qué carajo tu jefe Marcos Díaz Orellana no le permite a Veroes asistir a las ruedas de prensa?”, y la respuesta de aquel carcamán o esperpento de la vieja guardia adeca metido a rojo rojito fue: “-Porque Juan Veroes es un resentido social”.
Hubo otros hijos de p… disfrazados de rojos que también maltrataron a Veroes, uno de apellido Navas que se la daba de dirigente sindical y que falsificó un título para hacerse con un orondo cargo en el Ministerio de Tierras. Este tipo Navas tenía la perfecta facha de un nazi en todo su aspecto físico y en su bestial soberbia y petulancia. A este bandido lo denunciamos, pero habiéndose desaparecido del país, haciendo un trabajo de investigación, acabamos por enterarnos que le habían dado un alto cargo diplomático en el exterior.
Bueno, hoy Juan Veroes es el presidente de Univer-so medios, la Asociación Civil que ampara en su lucha al portal ensartaos. Ensartaos ya lleva ocho años de vida y este año recibió el Premio “Fabricio Ojeda” como el mejor portal revolucionario de Venezuela. Quedan muchas más cosas que decir sobre Juan Veroes, que él algún día recogerá en sus memorias si le da tiempo. Y si nosotros podemos, seguiremos con otro capítulo más.
José Sant Roz



Juan Veroes es un héroe más de nuestra historia Patria y matria. Gracias x tu amor sincero y tus luchas incansables y fértiles por este país hermoso llamado Venezuela! Gracias mil, Juan

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