SE CONFIRMA UNA VEZ MAS: “SOLO EL
PUEBLO SALVA AL PUEBLO”
Extraordinario análisis coyuntural de la situación actual realizado por el Constituyentistas Julio Escalona y con el cual estoy totalmente de acuerdo. Juan
Veroes.
El camino hacia el control del pueblo consciente y organizado de las
instituciones, es el camino
Por: Julio
Escalona | Viernes, 13/10/2017 02:22
PM
Cuando el pueblo toma la iniciativa avanzamos.
Cuando se repliega y la iniciativa la toma sólo el poder constituido, nos
estancamos
Hay tres ejemplos emblemáticos que sirven para
fundamentar la afirmación anterior. Uno, es la experiencia de abril de 2002.
Sin la acción del pueblo en la calle enfrentando el golpe de Estado y
reclamando el retorno de Hugo Chávez a la presidencia de la República, el golpe
no hubiese sido derrotado. Dos, la derrota del paro-golpe de Estado petrolero
de fines de 2002 y principios de 2003. La acción del pueblo y en particular de
los trabajadores petroleros, fue decisiva para conjurar este nuevo intento para
destruir el proceso bolivariano. Tres, el 30J. se repitió la épica de un pueblo
decidido a garantizar la derrota de la violencia fascista y se volcó a las
urnas para lograrlo eligiendo a la ANC y creando una nueva situación política
en el país.
En los tres casos el pueblo, logrado el objetivo
planteado, se replegó y dejó en manos del poder constituido la conducción y el
control de la situación. Ese poder, inevitablemente, sin el control y
vigilancia del pueblo, poder originario, el poder constituyente, se puede ir
burocratizando y corrompiendo.
En el caso de la ANC, después del 30J, el pueblo se
replegó y dejó la solución de los distintos problemas, en manos de la ANC. No
se trata que está se haya burocratizado o corrompido. En absoluto, pero la ANC,
poder constituido, sin el acicate del poder originario, comienza a deliberar
según criterios que se van divorciando del calor y la presión popular. Esto
provoca un vacío y una falta de sintonía con lo que pasa en la calle.
Si al pueblo, el poder originario, en lugar de la
movilización lo domina la queja, el resentimiento, entonces lo que va
predominando es la desesperanza y el dominio del poder constituido, lo que
tiende a que, en el seno del poder constituido, ante la ausencia del fervor
popular en la calle, las posiciones conservadoras vayan tomando el mando y la
posibilidad de que la distancia con el poder popular, que no actúa como tal,
pueda acrecentarse. El pueblo al no actuar como poder originario, en lugar de
reaccionar, retomando la iniciativa y la mística que lo movilizó el 30J, tiende
a llenarse de rabia, incluso a deprimirse. Estos sentimientos no son
constructivos, por el contrario, son desmovilizadores y conducen al camino que
la derecha persigue: que el pueblo chavista se abstenga, pues eso podría garantizarle
la victoria electoral.
Una victoria electoral de la derecha nos sitúa a
las puertas de la intervención extranjera pues mientras se estimula la
abstención del pueblo chavista, se trabaja intensamente por el voto opositor.
Es verdad que la base opositora está desmoralizada y golpeada, pero al final se
puede imponer el elemento que siempre los ha movilizado: el antichavismo
irracional. No hay que confiarse.
No hay que tener ninguna duda: cada gobernación en
manos de la oposición se convertiría en una base para la intervención del
gobierno de EEUU y la desestabilización del proceso bolivariano. El pueblo
bolivariano tiene que recomponerse y convertirse en guía pedagógica de todo el
pueblo, que incluye al pueblo no chavista, que si sabemos explicar bien las
cosas pueden revivir en él los sentimientos patrióticos. Esa es nuestra tarea.
Estas tareas no culminan con las elecciones, por el contrario, no debe haber
pausa.
Votar por los gobernadores postulados por el poder
constituido, no es votar por la corrupción
No está probado que todos ellos sean corruptos.
Luego, debemos tomar la bandera de la lucha contra la corrupción y el
burocratismo, incluso plantearnos la destitución de ellos. Podemos buscar los
caminos para revocarles el mandato por la vía de la ANC y de la movilización
popular sostenida. Pero tenemos que ganar estas elecciones para continuar
bloqueando políticamente la intervención internacional, que significaría
hambre, destrucción y muerte. Es posible, incluso, que la nación venezolana
pueda desaparecer. Esto no es fantasía.
Lucha indeclinable contra la corrupción y el
burocratismo
Después de las elecciones hay que destapar lo que
ocurrió con el cadivismo, con los $ 25.000 millones de dólares que se
esfumaron. Los 60.000 millones que el propio presidente Maduro denunció.
Tenemos que enterrar el cadivismo y ver castigados a sus autores y
beneficiarios.
Hay que denunciar a los corruptos antes de que
salten la talanquera y se conviertan definitivamente en traidores y pacten con
el imperio quien les permitirá a cambio de su traición, disfrutar, al menos, de
una parte de la fortuna robada a la nación.
Debemos pedir que los funcionarios públicos
presenten la declaración jurada de bienes que presentaron la primera vez que
ingresaron a la administración pública y la última que presentaron. Vigilar de
cerca el modo de vida de los funcionarios públicos, de la vida humilde que
alguna vez tuvieron a la vida de lujos y de riqueza que luego ostentan,
separada de la ética y de la vida modesta de alguien que está comprometido a
servir al pueblo obedeciendo. El problema es que vemos como los funcionarios
públicos se van enriqueciendo, como se mudan de un modesto apartamento no una
casa o apartamento más cómo, sino a verdaderas mansiones. Incluso más de una:
una en la ciudad, otra en la playa y diversos excesos.
Concluidas las elecciones vamos a dar una batalla
sin cuartel o nos haremos cómplices de la corrupción: por omisión o por
comisión. Tendremos muchos derechos, menos el de callar frente a delitos
claramente visibles o investigables en búsqueda de la verdad.
Tenemos la ventaja que tanto el presidente Maduro
como el fiscal Tarek vienen conduciendo esta lucha. Como hay denuncias sobre la
formación de mafias, deberemos cuidar nuestra seguridad personal y la de
nuestras familias, pero no debemos acobardarnos. México es el espejo en el que
nos debemos mirar. Un país gobernado por las mafias. Eso ocurrió por el
silencio y la omisión de las fuerzas del bien.
La corrupción debe ser considerada un delito contra
el pueblo y la patria, no tendrá desgravámenes por ningún motivo y los
culpables de este delito deben ser expropiados de todos los bienes incluidas
las cuentas bancarias.
Es necesario saber que generalmente al lado de un
funcionario público corrupto hay un empresario y un miembro de la oposición,
protegidos por mafias que van imponiendo el terror. No se puede callar.
Las asambleas de ciudadanas y ciudadanos son un
camino
Es importante leer y releer los artículos 5 y 10 de
la constitución bolivariana. El Art. establece claramente que la soberanía
reside en el pueblo y es intransferible. El Art. 10 que en ejercicio de su
soberanía el pueblo se puede reunir, entre otras formas de organización, en
asambleas de ciudadanas y ciudadanos, cuyas conclusiones son vinculantes, es decir,
son obligatorias y obligatoria consideración.
Pasadas las elecciones debemos llenar al país de
asambleas de ciudadanas y ciudadanos teniendo entre otros ejes fundamentales,
la corrupción. Este es un deber ineludible pues la corrupción está destruyendo
al proceso bolivariano y puede, finalmente, destruirlo.
Este es un acuerdo básico. Acordados en torno a él
debemos discutir el cómo y el desarrollo de un plan. Esto debe ser un factor
para la unificación de los movimientos, organizaciones y los diversos colectivos
populares.
La participación de los representantes de las
asambleas de ciudadanas y ciudadanos en la ANC, le daría un gran dinamismo a
las sesiones de la ANC y sin duda, la conectaría con la calle y la solución de
la guerra de precios probablemente salga de ahí.
El 30J Derrotamos la violencia callejera, pero no
la guerra. Esta se ha agudizado
La actual guerra, la manipulación arbitraria y
violenta de los precios, es más destructiva y peligrosa que la violencia
callejera. Esta fue y resulta visible y el gobierno pudo manejarla más
fácilmente pues ella, sus responsables y sus perjuicios fueron y son
percibibles con más claridad.
La guerra de precios si bien es propiciada por los
empresarios, es más fácil atribuir la responsabilidad al gobierno pues en las
circunstancias actuales es espinoso aplicar un control de precios, sin que este
sea fácilmente transgredido por los comerciantes haciendo desaparecer los
productos como una manera de vulnerar los controles y golpear más duro al
pueblo incrementando la escasez, la desesperación y los sentimientos
abstencionistas, lo que favorece los intereses imperiales y desacredita no sólo
al gobierno sino a la ANC, lo cual puede neutralizar a un poder que tiene
todavía la posibilidad de profundizar la revolución. Ello depende de la
sabiduría y la energía para manejar esta fase de la guerra.
Sólo la movilización del pueblo consciente y
organizado puede derrotar la fase actual de la guerra
La movilización del pueblo es la clave. El gobierno
solo no puede. Tampoco el sólo llamamiento a la paz. Ante la violencia
callejera fue obvia la necesidad de luchar por la paz y golpear los focos de
violencia y a sus autores. Hoy hay que dar pasos concretos que derroten la
violencia y aíslen a sus promotores, la cúpula empresarial que utiliza la
guerra de precios para enriquecerse con las necesidades y el hambre del pueblo.
Se está preparando una seria intervención imperial,
el resultado de la guerra de precios es decisivo. De las elecciones también
El gobierno y el presidente Maduro se están
moviendo con más prudencia porque saben lo que está en juego. Cualquier
declaración, cualquier acción política no bien pensada, es decir, cualquier
traspiés puede ser la chispa que incendie nuestra patria.
Esta no es y no será una intervención tradicional
con los "marines" desembarcando en nuestras costas y hechos
similares. Hasta ahora la intervención no ha tomado cuerpo en sus aspectos
militares más fuertes porque los hemos derrotado políticamente tanto
internacional como nacionalmente.
Lo que se ha montado y se está montando es una
operación política de gran magnitud en la ONU, la OEA, otros organismos
multilaterales, la guerra mediática y psicológica de amplio espectro y acciones
militares muy precisas realizadas principalmente con fuerzas mercenarias y el
apoyo del ejército colombiano y de otros países latinoamericanos, pero tendrán
preferencia las fuerzas mercenarias a menos que aspectos importantes cambien.
La acción estrictamente militar probablemente se dé en el momento en que
consideren que políticamente estamos totalmente derrotados. Una baja votación
en las elecciones del 15-10 que se conviertan en una derrota política para el
movimiento bolivariano, puede acelerar la intervención militar. De ahí el
combate contra la abstención por parte del electorado chavista o cercano al
chavismo.
Si la victoria política del imperio es decisiva, la
intervención militar puede ser más peligrosa. El objetivo puede ampliarse del
derrocamiento del gobierno y el golpe a su base de apoyo, a la destrucción del
país. Entonces puede ser destruida toda la infraestructura física del país, el
Guri, puentes, hospitales, escuelas, centros de producción, la infraestructura
militar, etc. El objetivo es desmoralizar al pueblo y colocarlo en la situación
de quedar mendigando por un vaso de agua, un plato de comida, tratando de
obligarlo a vender su dignidad por un plato de lentejas. Eso no ocurrirá.
Mientras queden venezolanas y venezolanos vivos, seguiremos resistiendo. Pero
el acento tiene que ser puesto en la defensa de la paz, de la vida, tanto
humana como natural. La violencia tiene que ser y erradicada.